¿Qué sigue para mi empresa?
Llega un punto en la vida de toda empresa en el que todo dueño se plantea a pregunta ¿Qué sigue? Es natural ver a los dueños consternados por el futuro de una inversión que les llevó toda la vida construir, más tratándose de una empresa familiar que ha estado en la familia por muchos años.
Es común sentir mucha presión por la incertidumbre en algo que en su momento fue bastante claro. La competencia, presión económica, el retiro, la necesidad de nuevas ideas son solo algunos de los detonantes que pueden llevar al negocio a reflexionar si es momento de un cambio de aires.
Aquí se topan con multiples caminos, todos con diferente plan de acción. El primero puede ser “aguantar un poco más”, que implicaría postergar la decisión unos cuantos años. Otra alternativa sería heredar el negocio al hijo o hija, al nieto o la nieta o asl sobrino o sobrina, lo cual aseguraría el linaje del negocio por muchos años más. Si esta opción es la más indicada, implicaría el si definitivo del próximo jefe del negocio, además de asegurarse de que tengan las capacidades para continuar con la operación de la manera más óptima.
Tomar una decisión tan significativa tiene más alternativas que dejar el negocio de toda una vida en manos familiares, hay todo un mundo que descubrir allá afuera. Existe la posibilidad de “profesionalizar” la empresa y traer un director general externo y todo un gobierno corporativo a que se hagan cargo. O también traer inversión minoritaria y ampliar la visión y perspectiva de la empresa.
Otro camino que el negocio puede tomar, es vender a otra empresa similar. Esto conlleva a ser absorbido y adoptar una nueva cultura y objetivos y requerirá de un proceso de adaptación del negocio mismo. Este camino traería consigo un ingreso en capital muy fuerte, lo que conlleva a tener liquidez que se puede utilizar en un espectro de posibilidades enorme.
En conclusión, cada caso es diferente y depende totalmente en la ideología de la persona que ha trabajado no solo en el negocio, sino también por y para el negocio. No es una decisión que se pueda tomar en una sola pensada y hay muchos factores a considerar, mucho menos una decisión que se deba tomar en solitario, sin embargo tampoco se debe tomar una decisión que no esté alineada con tu visión y valores que heredaste para el negocio.